Los barberos, llamados entonces esquiladores, fueron llevados de Sicilia a Roma
por un tal P. Ticinio Menas, el año 451 de la fundación de la ciudad.
La moda, desde mucho tiempo generalizada en Grecia de llevar los
cabellos cortos y la barba rasa, se propagó rápidamente gracias con
especialidad a Escipión, el segundo Africano, que se afeitaba todos los
días. Los esquiladores comenzaron por ejercer su industria al aire
libre, pero más tarde este uso subsistió solamente para la plebe y los
esclavos y las tiendas de los barberos anunciadas por una presentación
de navajas, de cuchillitos y de espejos
llegaron a ser puntos de reuniones para los ociosos y para los
noticieros. Uno de los principales méritos del dueño del establecimiento
era saber responder a todas las preguntas que se le dirigían y los
barberos suministraban imitando a los autores y actores cómicos o
satíricos, el tipo de la curiosidad y de la murmuración. Uno de estos
artistas le preguntaba cómo quería que so le afeitase a un filósofo de
carácter áspero, respondió estas breves palabras: quieren que se me afeite sin hablar. La historia de esta anécdota no dice si los grecostarios o carenos, desde los tronstianos
más elegantes hasta la vía Suharana, donde los barberos de baja especie
afeitaban las barbas de los plebeyos, el filósofo pudo encontrar un
esquilador según le convenía.2
A pesar de las diferencias que existían entre los barberos y los cirujanos, éstos no ponían obstáculos, cuando un barbero destacaba sus conocimientos en cirugía, a recibirlos en su colegio y en dispensarles de la lengua latina en sus exámenes. Exigían solamente que dejase las bacías y renunciase al oficio de barbero. Algunos autores citan los nombres de muchos barberos que entraron en los colegios de cirugía y se distinguieron por sus talentos y sus conocimientos prácticos.2
Edad Media
En la Edad Media, la profesión de los barberos tomó una extensión más grande todavía pero saliendo de su especialidad. Los barberos autorizados por el menosprecio de los mires o médicos para las bajas operaciones quirúrgícas, invadieron cada vez más el dominio de la cirugía. Por eso los barberos de aquellos tiempos fueron desde muy temprano una importante corporación. Por esta época esta cofradía, viendo que sus antiguos estatutos habían caído en desuso y que habían perdido los títulos que los autorizaban, redactaron otros nuevos.A pesar de las diferencias que existían entre los barberos y los cirujanos, éstos no ponían obstáculos, cuando un barbero destacaba sus conocimientos en cirugía, a recibirlos en su colegio y en dispensarles de la lengua latina en sus exámenes. Exigían solamente que dejase las bacías y renunciase al oficio de barbero. Algunos autores citan los nombres de muchos barberos que entraron en los colegios de cirugía y se distinguieron por sus talentos y sus conocimientos prácticos.2
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